Mujer y hombre hablando

Asistencia Personal en personas con enfermedad mental: cuidados para promover la autonomía y un proyecto de vida

Es la tranquilidad de saber que están bien”. Así define Guillermo lo que significa para él y su familia el servicio de asistencia personal con el que cuentan su hermano y su mujer, ambos con enfermedad mental grave. “Hasta hace un año, se valían bien con ayudas puntuales, pero hace unos meses saltaron las alarmas con sus problemas para la gestión del dinero. Valoramos la posibilidad de una residencia, pero los tiempos de espera para las personas con estas enfermedades son muy largos y hay pocas plazas”. Guillermo encontró en internet información sobre la asistencia personal y consultó con el psiquiatra que atiende a su hermano. “Me informó de que el Asistente Personal era una persona formada especialmente para tratar con personas con enfermedad mental y pensamos que podía ser una solución”. Guillermo contactó con la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (ASAPME), que forma y facilita los servicios de Asistentes personales para personas con enfermedad mental. “Hemos pasado de ‘esta situación es insostenible’ a que se haya reconducido en unos meses”.

Ellos están bien y en su casa. Y la familia estamos tranquilos porque sabemos que si pasa algo nos van a avisar las Asistentes”. Hace siete meses que Guillermo cuenta con un servicio de asistencia personal para su hermano y su cuñada, ambos con enfermedad mental grave. Las Asistentes acuden todos días de la semana durante dos horas y les ayudan en determinadas tareas en la que necesitan apoyo. Estas tareas se identificaron con los profesionales sanitarios, la familia y los propios usuarios de este servicio. “En nuestro caso, detectamos que había cuatro necesidades principales: la toma de la medicación, el apoyo en la gestión del dinero y la realización de las compras, ayuda para elaborar los menús y acompañamiento en las tareas de la casa”. Guillermo ha comprobado en estos meses la repercusión que este apoyo tiene en el bienestar de la vida de su hermano y su cuñada. La presencia de la Asistente Personal en el horario acordado con la familia asegura que tomen la medicación que tienen indicada por su psiquiatra, que descansen adecuadamente, sigan una rutina, mantengan una alimentación adecuada y sean ellos mismos los que planifiquen y lleven adelante las tareas del día a día.

Guía Cuidopía de prestaciones y servicios para personas dependientes

Diferencias entre Servicio de Ayuda a Domicilio y Asistencia Personal

Tal como recoge el glosario de la ‘Guía Cuidopía de prestaciones y servicios para personas dependientes’, el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) lo constituye el conjunto de actuaciones llevadas a cabo en el domicilio de las personas en situación de dependencia con el fin de atender sus necesidades de la vida diaria. Pueden ser actuaciones relacionadas con la atención de las necesidades domésticas o del hogar como limpieza, lavado, cocina u otros y/o relacionadas con la atención personal como higiene, alimentación o movilidad. Este servicio está centrado en tareas del ámbito doméstico y se caracteriza por tener unos horarios rígidos.

Por el contrario, la Asistencia Personal, un derecho reconocido en la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en 2006, es un servicio profesionalizado de apoyo a las personas con discapacidad para desarrollar su proyecto de vida conforme sus necesidades, intereses y expectativas con el objetivo de fomentar la vida independiente, la autonomía personal y la participación social. Esta asistencia es un servicio regulado por contrato con horarios flexibles en función de las tareas acordadas, que otorga el control a la persona con discapacidad, pero necesita que se establezca una relación entre Asistente y usuario de confianza mutua, basada en el respeto a la intimidad, a la dignidad y el secreto profesional.

Foto: Lola Salvador. ASAPME
Foto: Lola Salvador. ASAPME

Lola Salvador, Responsable y Coordinadora del Servicio de Asistencia Personal de ASAPME (Asociación Aragonesa Pro Salud Mental) insiste en la ventaja de esta figura profesional a la hora de fomentar la autonomía y el empoderamiento de la persona a quien se asiste, ya que lo que se le ofrecen son herramientas para ejercer el control de su vida, y esto repercute notablemente en su satisfacción personal. En el caso de ASAPME, donde ofrecen el servicio de asistencia personal a personas con enfermedad mental, Lola explica que las necesidades de atención pueden ser muy variadas. Se encuentran con personas que tienen dificultades de organización debido a sus estados emocionales cambiantes, algunas que tienen añadidas dificultades físicas y, en cambio, a otras el miedo les paraliza para llevar a cabo cualquier acción aun teniendo intacta su capacidad para realizarla. “Hay personas que no pueden llegar a los sitios y otras, pudiendo llegar, no van nunca porque se sienten desanimadas o desorganizadas. En el primer caso, con ayuda de un apoyo técnico como una silla de ruedas, por ejemplo, podemos llevarla a ese lugar. En el segundo caso será un trabajo más de preparación y de empoderamiento de las capacidades, entrenando a la persona a partir de las habilidades conservadas, animando a la consecución de pequeños objetivos y trabajando de forma conjunta para superar esa dificultad o miedo".

Formación en Asistencia Personal para personas con enfermedad mental

A día de hoy no son obligatorios estudios previos para acceder a la formación como Asistente Personal, aunque Lola Salvador indica que en ASAPME muchas de las personas que se acercan a los cursos que imparten cuentan con el título de auxiliar de enfermería o tienen el Certificado de Profesionalidad en Atención Sociosanitaria a Personas Dependientes, formación que también impulsa el programa de Becas Cuidopía.

Para Lola, este tipo de formación es recomendable, pero según ella lo más importante es que tengan ciertas habilidades. “Aparte del curso en sí, cada día que hablamos por teléfono, cada día que vienen aquí a la oficina, cada día que se juntan dos o tres personas siguen formándose porque es un constante compartir y recordar cuál es nuestra función, cómo lo tenemos que hacer... Yo creo que la formación nunca deja de estar presente, nunca”.

En la formación que desarrollan desde ASAPME intervienen distintos perfiles profesionales que abordan los distintos aspectos que se imparten en el temario. Abogada, psicóloga, psiquiatra, terapeuta ocupacional y coordinadora del servicio de asistencia personal comparten, en función de su especialidad, información jurídica asociada a la discapacidad y la figura jurídica del Asistente Personal, habilidades de comunicación, las particularidades del Modelo de Vida Independiente, las características de las distintas enfermedades mentales que pueden tener las personas a las que van a asistir y la organización y el apoyo que ofrece un equipo de Asistentes Personales.

Lola Salvador

Según la guía ‘Asistencia Personal en Salud Mental’ editada por la Confederación SALUD MENTAL España y accesible desde nuestra sección ‘Cuidados’, entre las competencias principales que se buscan en un Asistente Personal están las siguientes:

Asistencia personal en salud mental
Foto: Guía de la Confederación SALUD MENTAL España

  • Flexibilidad. Ser capaz de adaptarse a situaciones impredecibles y no habituales ajustando sentimientos, pensamientos y conductas.
  • Empatía. Capacidad de identificarse con lo que otra persona siente o piensa.
  • Escucha activa. Habilidad de escuchar no solo lo que la persona expresa directamente, sino también sentimientos, ideas o pensamientos subyacentes.
  • Paciencia. Mantener la serenidad ante situaciones complejas y ser una persona asertiva.
  • Respeto. Capacidad de valorar a la otra persona, aceptarla sin juzgarla y no tratar de cambiarla.
  • Confianza. Favorecer un entorno y una relación de confianza mutua.
  • Confidencialidad. Respetar la privacidad y la intimidad de la persona.

La clave, según Lola Salvador, está en encontrar qué mueve al otro. “Es un trabajo de largo recorrido, una carrera de fondo que tienes que ir perfilando día a día”. Y para ello es muy importante que las personas que ejerzan como Asistentes Personales practiquen los autocuidados. Insiste en que en Salud Mental hay momentos de avance y de retroceso y, muchas veces, hay que trabajarse las frustraciones porque “no siempre los resultados son permanentes, aunque yo diría que siempre son evidentes”. En el equipo de Asistentes se habla de éxitos y de frustraciones, es muy fácil sentir felicidad cuando algo mejora y desesperanza cuando la persona recae. “Tenemos que recordar que la enfermedad mental muchas veces cursa de esa manera. Es entonces cuando el Asistente se convierte en el sostén de la situación esperando que se inicie el siguiente ciclo de mejora”.

La labor de los Asistentes Personales es maravillosa. ¿Hay que tener conocimientos? Sí, claro. Pero también hay que tener vocación porque es duro. Ya siendo tu familia es duro, así que cuando no es el caso, lo es más aún”. Guillermo, hermano de un usuario de Asistencia Personal con enfermedad mental.

Construyendo una Sociedad de los Cuidados

Los cuidados y el apoyo que facilita un servicio de asistencia personal tienen un impacto tanto en la persona con enfermedad mental como en su familia y en el conjunto de la sociedad. Lola Salvador insiste en que las personas con enfermedad mental tienen mucho que aportar. “No solamente es cuidarlos a ellos, cuando están bien tienen mucho que dar a los demás”. Sabe por su experiencia profesional que muchas personas con enfermedad mental, ante una dificultad que no son capaces de superar, se vienen abajo, se vuelven inactivos y se aíslan. “Si les proporcionas los apoyos que necesitan vuelven a formar parte de la sociedad con todos los demás. Poder ofrecer eso es maravilloso”, resalta Lola.

Equipo de Asistentes Personales de ASAPME
Foto: Equipo de Asistentes Personales de ASAPME

Lo que yo he sacado como profesional de la Asistencia Personal es que puedes darle a una persona lo que ella necesita para ser protagonista de su vida”. Lola Salvador, responsable y coordinadora del servicio de Asistencia Personal en ASAPME.

Para las familias, que ejercen como cuidadores principales en la mayoría de los casos de las personas con enfermedad mental, este servicio proporciona no solo un espacio de respiro ofreciendo unas horas libres, sino también un apoyo profesional al encontrar en la figura del Asistente Personal consejos y orientaciones para mejorar la relación con su familiar. “Estar pendiente a diario de mi hermano y su mujer era algo que me resultaba muy costoso porque yo también tengo mi familia y mi trabajo”, explica Guillermo. “Ahora estoy mucho más tranquilo porque están bien cuidados, están atendidos y sé que, si pasa cualquier cosa, te llaman y te avisan. Antes nos enterábamos tarde. Ahora, en cuanto las Asistentes detectan algo fuera de lo normal, te avisan y podemos verlo con el psiquiatra si necesitamos consultarle”.

Escuela de Cuidados
Cuidadores con hombre con depresión

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